lunes, 1 de abril de 2024


¿Qué es la inteligencia?

Una de las inquietudes de los psicólogos a lo largo de la historia del conocimiento ha sido la de precisar el concepto de inteligencia. En comienzo se determinó que existía la inteligencia como tal y que, por tanto, unas personas eran más inteligentes que otras, porque además de existir como una entidad conceptual delimitada y clara, era medible.

Esto suscitó un gran debate. Se quería sin lugar a dudas responder a las preguntas qué es inteligencia, cómo se manifiesta y si es posible medirla y precisarla en un individuo particular. Para algunos, por ejemplo, inteligencia era la capacidad de abstracción; para otros la capacidad para entender y comprender lo que se escucha y lo que se lee; otros decían que era la capacidad para resolver problemas o la capacidad de adaptación al ambiente.

Con el propósito de soslayar el debate, Alfred Binet definió la inteligencia como “lo que mide mi test”, haciendo referencia al test que él había creado para determinar el rendimiento escolar y que luego fue base para desarrollar los diversos test de inteligencia que hoy se aplican.

En el último tiempo, ha predominado la idea de que no existe la inteligencia como tal, es decir una única inteligencia, sino varias y diversas. Esta teoría ha tomado fuerza a raíz de las serias y bien fundamentadas investigaciones que ha desarrollado el psicólogo norteamericano Howard Gardner.

Su tesis central radica en el reconocimiento de la presencia de varias inteligencias en todos los seres humanos, las cuales se manifestarían en grado diverso en cada uno de nosotros. Habría individuos con un desarrollo excepcional de alguna de ellas y con un desarrollo menor o escaso de las otras. Esta variedad de fortalezas mentales explicaría el porqué de la existencia de personas muy hábiles para ciertas actividades, con destrezas sorprendentes en algún campo y con limitaciones, increíbles incluso, en otros. De igual manera aclararía en parte la razón por la cual ciertos individuos, que fracasan en la escuela, se convierten, sin embargo, en seres muy destacados en otros quehaceres, y con reconocimiento en ocasiones mundial. En fin, sería esta una explicación muy válida de la inmensa variedad humana y de su enriquecedora gama de aportes y posibilidades.

Esta concepción de inteligencia se opone, por tanto, a la teoría de la inteligencia única, que ha sido la teoría dominante hasta el presente, y con base en la cual la escuela ha establecido su currículo y su evaluación.

La aceptación de esta teoría implicaría profundos cambios en la organización escolar, en el currículo académico y en la evaluación e interpretación de los resultados de un educando.
Ahora bien, a pesar de lo dicho y de la existencia de varios tipos de inteligencias, la inteligencia en general o inteligencia lógico matemática sigue siendo hoy predominante, puesto que la organización escolar y el conocimiento humano dominante siguen usando el lenguaje y la matemática como sus dos instrumentos fundamentales. Es mediante estos que está expresado el saber humano y mediante estos que igualmente se cifra lo que el hombre piensa, conoce y descubre.

En este orden de ideas, y mientras se avanza en nuevos conocimientos y aplicaciones pedagógicas del todo revolucionarias, esta inteligencia debe potenciarse lo máximo posible, no sin dejar de reconocer la presencia y el potenciamiento de las otras.

En consecuencia, siempre que se quiera explicar el rendimiento escolar de un educando se procede a realizar una valoración cuidadosa e integral del niño o adolescente para descubrir sus potencialidades, su grado de desarrollo cognitivo y, si es el caso, las acciones pedagógicas que ameriten implementarse.

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